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Inés Moreno González

Inés Moreno González

Biología celular
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Sobre mí

Soy Neurobióloga, Investigadora Ramón y Cajal en el departamento de Biología Celular de la Universidad de Málaga y Profesora Adjunta en el departamento de Neurología de la University of Texas Health Science Center en Houston, Texas.

Realicé mi licenciatura en Biología y mis estudios de postgrado en la Universidad de Málaga. En 2009, me doctoré por la Universidad de Málaga en el área de la neurociencia. He realizado estancias de investigación en la División de Enfermedades Neurológicas, Sanofi (Francia), la Escuela de Farmacia, Universidad de Sevilla (España) y el Instituto de Bioingeniería, Universidad de Ciencias Aplicadas (Suiza). De 2010 a 2013, fui investigadora postdoctoral en el Departamento de Neurología de la Universidad de Texas y desde 2013 a 2019 he sido profesora allí. He publicado más de 50 artículos científicos en revistas de alto impacto, presentado mi trabajo en más de 100 ponencias nacionales e internacionales, pertenezco a varios paneles de revisión y editoriales y soy la directora de la Alliance of Women Alzheimer’s Researchers.

Edad
44 años
Correo electrónico
Perfil en ORCID
Área de trabajo
Enfermedad de Alzheimer
Grupo de investigación
Grupo de Investigación en Enfermedades Neurodegenerativas NeuroAD. CIBERNED. IBIMA. IP: Dra. Antonia Gutierrez.
Líneas de investigación

Mi investigación se centra en tres aspectos tanto moleculares como celulares de la neuropatología del Alzheimer: la deposición de amiloide beta y tau, la inflamación cerebral y la degeneración neuronal. Actualmente, evaluamos distintos factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer que pueden influir en su aparición y desarrollo, así como el desarrollo de terapias con células madre para la enfermedad de Alzheimer y Parkinson. Las principales líneas de investigación son:

1) Estudiar los mecanismos celulares y moleculares implicados en los cambios neurodegenerativos que acontecen en la enfermedad de Alzheimer tanto en modelos animales transgénicos como muestras humanas. 

2) Evaluar el efecto y los mecanismos de acción de diferentes factores de riesgo en el inicio y la progresión de la enfermedad en su forma esporádica para prevenir su desarrollo. Entre ellos, la diabetes, la depresión y las contusiones cerebrales.

3) Identificar biomarcadores de la progresión de la enfermedad, así como de fases pres-sintomáticas que sean de utilidad en estudios preclínicos y como posibles dianas terapéuticas para el desarrollo de fármacos. 

4) Estudiar a nivel preclínico nuevas estrategias terapéuticas para enfermedades neurodegenerativas.  

Proyectos de investigación

Mi línea de investigación está subvencionada por la Alzheimer’s Association, el Departamento de Defensa estadounidense, el National Institutes of Health, Brain and Behavior Research Foundation, Texas Alzheimer’s Council on Disease and Related Disorders, Fondos FEDER, la Universidad de Málaga y el Ministerio de Ciencia e Innovación.

Resultados destacables

Durante los últimos años, me he dedicado a investigar cómo diferentes factores de riesgo pueden influenciar la aparición de la enfermedad de Alzheimer. Entre ellos, el tabaquismo, la diabetes tipo 2, y últimamente más centrada en la depresión y los traumatismos craneoencefálicos. Hemos descubierto que, en general, todos estos factores, que son relativamente fácil de controlar (con tratamiento) o evitar (cambiando a hábitos más saludables), provocan una aceleración de los procesos patológicos que ocurren durante el desarrollo de la enfermedad. Estos factores de riesgo, aunque mediante diferentes vías, provocan una mayor acumulación de proteínas toxicas en el cerebro e inducen inflamación cerebral, lo que finalmente conlleva a la aparición de los síntomas clínicos debido a un proceso neurodegenerativo que aún no sabemos controlar. Aunque no todas las personas que están en riesgo desarrollan Alzheimer, la combinación de otros factores, incluyendo diferencias a nivel genético, podría hacer a algunas personas más vulnerables y con mayor predisposición a padecer Alzheimer. El cocimiento de los mecanismos activados por estos factores de riesgo podría facilitarnos el descubrimiento de biomarcadores para un diagnóstico temprano y de fármacos más eficientes para tratar la enfermedad.  

Institución
Universidad de Málaga
Vocación

Siempre quise trabajar haciendo algo que mejorara la salud y la calidad de vida de las personas. En un principio pensé en estudiar medicina, pero me fascinaba la biología celular, cómo funciona todo en nuestro cuerpo a pequeña escala y cómo sutiles cambios en la orquestación de nuestras células podían derivar en enfermedades, especialmente en el cerebro. Las clases de la Dra. Antonia Gutiérrez sobre la biología de los órganos me terminó de cautivar. Le pregunté si aceptaba estudiantes de doctorado y ella me abrió las puertas de su laboratorio. Tras el doctorado, me animó a ir a extranjero para continuar con el desarrollo de mi carrera profesional y he pasado los últimos 10 años en EEUU, donde he terminado creando mi propio grupo de investigación.

Ahora, de vuelta a Málaga gracias a una beca Ramón y Cajal, vuelvo a donde empecé, con nuevas líneas de investigación, pero con las mismas ganas que casi 20 años atrás cuando empecé mis andaduras en investigación. Sigo aquí porque he visto pacientes con Alzheimer y familiares que han padecido mucho (incluyendo en mi propia familia) y pienso que, si con mi investigación les puedo proveer algo de esperanza en su recuperación, todo merece la pena. Además, he conocido gente maravillosa en este ámbito y es muy gratificante cuando los estudiantes piden unirse a mi laboratorio con la misma ilusión y ganas que tengo yo de ayudar a tener un futuro mejor para nuestras personas mayores.  

Deseo científico

Por supuesto, me encantaría encontrar una cura para la enfermedad de Alzheimer o, mejor aún, la forma de prevenir su aparición. Confío en que, una vez sepamos cómo tratar la demencia más común entre la población adulta, seremos capaces de aplicar esos conocimientos a otras enfermedades neurodegenerativas. Para eso hace falta más financiación y una mayor concienciación de la población sobre lo que los investigadores aportamos al campo del conocimiento y, en mi caso, al avance de la biomedicina. Sin ciencia básica no hay cura milagrosa para las enfermedades que, desafortunadamente, nos pueden afectar a todos.