Copistas de la naturaleza
17 abril 2009

Copistas de la naturaleza

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¿Qué tiene que ver una colonia de hormigas con un GPS? La biomimética, a través de la adaptación de modelos biologicos para la tecnología, la informática o la medicina, parece tener respuesta a este tipo de cuestiones.

¿Cuántas veces hemos escuchado la frase “la naturaleza es sabia”? Francisco Vico, investigador de la Universidad de Málaga (UMA), lo comprueba a diario a través de los trabajos que realiza su grupo en el área de la biomimética. La biomimética es la disciplina que estudia la aplicación de diseños naturales en áreas como la ingeniería o la medicina, entre otras. El tren bala japonés, el nylon o el velcro se crearon a partir de características propias de la rapidez del Martín Pescador, la elasticidad de la tela de araña o la sujeción al tejido del espinoso cardo alpino (xanthium spinosum), respectivamente.

En la actualidad, multitud son las aplicaciones industriales, informáticas o materiales que se valen de procesos biológicos, cualidades de plantas o modos de convivencia y trabajo en las distintas comunidades de insectos. En este sentido, el equipo de investigación donde participa el doctor Francisco Vico, el Grupo de Estudios en Biomimética (GEB), integrado en el Grupo de Inteligencia Computacional y Análisis de Imágenes de la UMA que dirige el doctor José Muñoz Pérez, trabaja en la programación de software informático que simula los procesos vivos en sus niveles más básicos. Así, por ejemplo, el desplazamiento de las colonias de hormigas, basado en dejar un sustrato para señalar la ruta a seguir, permite adivinar cuál es la trayectoria más corta pasando por todos los puntos de interés de un territorio. Esto es extrapolable a la urbanización de las ciudades o, incluso, a las tecnologías de geolocalización –como el GPS– que ayudan al usuario en su búsqueda del recorrido más apropiado para llegar a destino.

Copistas de la naturaleza
Algunos ejemplos de aplicaciones tecnológicas de la Biomimética. / Créditos de las Imágenes: ©Autan, ©Stanford University, ©Brad Smith, ©Tawanako y ©Daimler Benz AG.

El GEB se dedica desde 1998 al diseño de modelos computacionales informáticos a partir de los naturales. Es decir, con la adaptación de diseños extraídos de la biología resuelven problemas de ingeniería, ciencia de materiales, aeronáutica o la medicina. Asimismo, como señala Vico, su objetivo pasa prioritariamente por la transferencia tecnológica y la solución de problemas de optimización funcional que plantean las empresas.

Como asegura este investigador, la naturaleza ofrece soluciones óptimas y elegantes a muchas cuestiones. Su equipo, por ejemplo, trabaja en la llamada ‘computación blanda’, que toma prestados los diseños de las redes neuronales y de los algoritmos genéticos para su posterior aplicación en los inconvenientes de gestión que plantean los clientes.

Por otra parte, en su faceta investigadora, el GEB trata – ayudándose de la informática -de arrojar luz a procesos biológicos, como el embrionario. Esa es la finalidad que persigue el grupo como colaborador en el proyecto europeo BioEmergences, financiado por el programa NEST (New and Emerging Sciencie and Technology), que se ocupa de estimular la investigación a largo plazo en la llamada “frontera del conocimiento”. En este caso se trata conocer cómo surgen las estructuras que se forman a través de la división de células y, con ello, crear métodos y algoritmos a raíz de su secuenciación, llave de futuras aplicaciones médicas.

Sin duda, la biomimética, que para algunos es considerada la ‘Tercera Revolución Humana’, está llamada a ser una de las claves de estudio para el siglo XXI, donde tecnología y  naturaleza se han unido en una simbiosis casi obligada.