Descubren que las hienas de hace 1,5 millones de años eran exclusivamente carroñeras
Así de desprende de un estudio realizado en el yacimiento arqueológico de Venta Micena en Orce en el que ha participado Paul Palmqvist, catedrático de Paleontología de la UMA, junto a un equipo de investigadores de la Universidad de Granada.
UMA/UGR
Así lo ha demostrado un reciente estudio publicado en la prestigiosa revista Quaternary International y divulgado en el prestigioso canal divulgativo BBC Earth News. El trabajo ha sido liderado por los profesores Paul Palmqvist (catedrático del Departamento de Ecología y Geología de la Universidad de Málaga) y Bienvenido Martínez Navarro (investigador del Institut Català de Paleoecologia Humana y Evolució Social, Tarragona), y ha contado con la colaboración de tres investigadores de la Universidad de Granada: Juan Manuel Jiménez Arenas (investigador del Departamento de Prehistoria y Arqueología y del Instituto de la Paz y los Conflictos) y María Patrocinio Espigares y Sergio Ros Montoya (recientes doctores por el Departamento de Estratigrafía y Paleontología).
Los científicos han analizado, durante el transcurso de los últimos años, las modificaciones realizadas por estas hienas sobre los restos óseos de grandes mamíferos conservados en el importante yacimiento paleontológico de Venta Micena en Orce (Granada), que interpretan como un paleocubil de estos carnívoros. “Se trata de un tipo de hiena cuyo tamaño duplica al de las hienas manchadas actuales”, destaca Palmqvist.
Asimismo, el trabajo demuestra como esta hiena, sin análogos entre las especies modernas, experimentaba una adaptación al carroñeo sumamente especializada representando una seria competencia para los primeros homínidos asentados en el subcontinente europeo. “Estos carnívoros, con sus extremidades proporcionalmente cortas y robustas, eran capaces de sustraer las presas cazadas por otros depredadores y desmembrar tales cadáveres para su transporte hasta sus cubiles de cría. Además, esta hiena poseía una dentición y una mandíbula muy gruesas y resistentes, con la que podía triturar los huesos, incluidos los de elefantes e hipopótamos, aprovechando al máximo todos los recursos”, aclara el catedrático.
Los nuevos estudios biomecánicos, desarrollados en paralelo a estas investigaciones tafonómicas, muestran que la mandíbula y la dentición de esta hiena fósil estaban muy bien capacitadas para desarrollar una dieta carroñera y durófaga, permitiendo ejercer una fuerza de fracturación mucho más elevada que la que realizan las hienas actuales.
Por ello, la imagen que emerge de estos estudios es la de una hiena sin análogos entre las especies modernas, de tamaño formidable y con una adaptación al carroñeo sumamente especializada.
En función de todo ello, tales carnívoros debieron representar un serio competidor para las primeras poblaciones humanas que se asientan en el subcontinente europeo, documentadas en la región de Orce (yacimientos de Fuente Nueva y Barranco León) por importantes asociaciones de útiles líticos de talla primitiva y, algo después en el tiempo, en los yacimientos de la sierra burgalesa de Atapuerca, como Gran Dolina y Sima del Elefante, donde las herramientas líticas aparecen asociadas a fósiles humanos (Homo antecessor).
El yacimiento de Venta Micena es considerado como un enclave de referencia continuada en la literatura del Cuaternario español, europeo y mundial. Se trata de un nivel horizontal de caliza que muestra una presencia continuada de restos óseos de grandes mamíferos fósiles con un espesor variable de 75 cm un metro y un recorrido en superficie superior a dos kilómetros, por lo que alberga millones de fósiles de esta época.