Mejorar nuestro léxico nunca fue tan divertido
26 marzo 2008

Mejorar nuestro léxico nunca fue tan divertido

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Un profesor de la Universidad de Málaga desarrolla un juego para Nintendo Ds y Wii , que pone a prueba la destreza léxica del jugador a la vez que enriquece su expresión y vocabulario.

Foto de portada: Antonio Moreno Ortiz. Departamento de Filología Inglesa, Francesa y Alemana. /UMA.es

En los últimos años, la didáctica ha desembarcado en el mundo de los videojuegos. Un ejemplo de ello es "Mi experto en vocabulario"; un juego desarrollado por un profesor de la Universidad de Málaga (UMA) que recoge cerca de 17 mil palabras para mejorar el léxico.

Antonio Moreno Ortiz, especialista en Lingüística Computacional y Lexicográfica asegura que el juego, disponible para Nintendo Ds y Wii, está basado en una catalogación de palabras en función de su dificultad, a partir un análisis estadístico de su aparición en textos y conversaciones.

“Lo que parece un proceso sencillo, no lo es tanto”, apunta Moreno Ortiz, que ha necesitado de una gran cantidad de textos y software informático para analizarlos. Las principales fuentes de vocablos son la lengua oral y, sobre todo, la escrita. A partir de esta última se ha llevado a cabo una división de géneros, como el de los textos escritos para ser leídos (discursos o guiones de cine), “que intentan emular el lenguaje hablado aunque no lo sean”.

Mejorar nuestro léxico nunca fue tan divertido
Nintendo DS Lite.

Cada uno de los 20 niveles del juego cuenta con un registro de 840 términos. Según señala el profesor, “el aprendizaje se debe hacer escalonado, ya que si se intenta aprender demasiadas palabras en un día, no es posible asimilarlas”.

La iniciativa intenta acercar la lengua al público de una forma amena y demostrar que mejorar nuestro léxico no tiene por qué ser aburrido. A juicio de este docente, “el gusto de los jóvenes y de los mayores por las máquinas y los juegos se puede aprovechar para aprender de una forma divertida”.

Moreno Ortiz afirma que está diseñado para que todo el mundo pueda llegar al final. “La repetición es una de las claves para corregir los posibles fallos, por lo que los vocablos errados se volverán a mostrar para asegurar su aprendizaje”, asegura.

Para conseguir el cien por cien de “potencial expresivo”, se necesita ser constante. Por ello, los primeros pasos se destinan a actividades y juegos que el programa utiliza para evaluar al usuario y asignarle un nivel inicial. Se calcula que el jugador que cuente con un 40 por ciento de potencial, necesitará alrededor de 60 sesiones para conseguir el objetivo final.

La calidad del vocabulario, a causa de los chats y los SMS, está en decadencia. El mal uso de términos y el abuso de abreviaturas, está pasando factura incluso entre sus propios alumnos de la Filosofía y letras, “pese a que el lenguaje es su principal herramienta de trabajo”.